Cuando pensaba en el contenido para esta semana quise exponer mi punto de vista sobre lo acontecido con la polémica entrada de facebook de la ya famosa joven Rita, sin embargo, ya suficiente se ha hablado del tema y ¿para qué tirar más leña al fuego?
Así que me dije: ¡Ya basta de tanta negatividad!
Para comenzar, quiero que sepan que otro de mis propósitos de este año fue el estar dispuesta a hacer cosas distintas. Siempre dispuesta a aprender algo nuevo. Pues bien, ayer se me presentó la oportunidad.
Resulta que fui al mercadito agropecuario que está cerca de mi casa a comprar mis frutas de la semana y mi madre me pidió comprar una piña ya que quería hacer chicha de arroz con piña (de mis favoritas) y vi en esto una de esas dichosas oportunidades.
¿De qué?
De aprender a pelar una piña.
Con esto ya saben que, hasta ahora, nunca lo había hecho. Y sepan que no es nada fácil.
Paso 1: Cortar la tapa de arriba y abajo. Good
Paso 2. Cortar la cáscara. Good.
Paso 3: Quitar los "ojitos". Not so good... At all.
En este punto comenzó mi estrés. La piña, la hermosa y galana piña perdía volumen. Sentía que con cada ojito que quitaba se perdía una cantidad considerable de piña. Al final sentí que de una piña "gordipay" quedó un intento de pia realmente skinny.
En fin, mi aventura con la piña no terminó allí. Ahora quería hacer el arroz con piña. Me rehusé a dejarlo para después.
Mi madre muy pacientemente me daba las direcciones y de vez en cuando intervenía. Realmente, nunca imaginé que fuese un proceso un poco largo. Finalmente, puedo jactarme que quedó justamente como la hace mi mamá y me siento orgullosa.
Bien dicen que todos los días se aprende algo nuevo, solo que muchas veces no lo recordamos o simplemente andamos tan rápido que no nos damos cuenta de cada lección, es por eso que he decidido emprender lo que llamaré el tarrito "Aprendí que" que no es más que apuntar durante o al final del día algo que hayas aprendido, junto con la fecha, y depositarlo a modo de alcancía y, a final del año repasar cada una de las lecciones aprendidas.
Si te preguntas qué puedes obtener de todo esto, no sé tú, pero por mi parte podré revisar mis conocimientos y valorar lo que cada día la vida nos enseña, porque al final del camino, qué mejor maestra que la vida misma.
Bien dicen que todos los días se aprende algo nuevo, solo que muchas veces no lo recordamos o simplemente andamos tan rápido que no nos damos cuenta de cada lección, es por eso que he decidido emprender lo que llamaré el tarrito "Aprendí que" que no es más que apuntar durante o al final del día algo que hayas aprendido, junto con la fecha, y depositarlo a modo de alcancía y, a final del año repasar cada una de las lecciones aprendidas.
Si te preguntas qué puedes obtener de todo esto, no sé tú, pero por mi parte podré revisar mis conocimientos y valorar lo que cada día la vida nos enseña, porque al final del camino, qué mejor maestra que la vida misma.
Comenzar marzo con una nueva y buena vibra... ¡y con chicha de arroz con piña!
P.D. Si te animas a lo del frasquito, cuéntame cómo te va.